articulo 37.3 dice: Los médicos se abstendrán de criticar despectivamente las actuaciones de sus colegas. Hacerlo en presencia de sus pacientes, de sus familiares o de terceros es una circunstancia agravante. Articulo 38.3 dice: las discrepancias entre los médicos no han de propiciar su desprestigio público. Se evitará el daño o el escándalo, no estando justificadas las injurias a un colega. Se evitarán las polémicas públicas; las divergencias se resolverán en el ámbito profesional o colegial. Articulo 37.1 dice: La confrontaternidad entre los médicos es un deber primordial y sobre ella sólo tienen preferencia los derechos del paciente.
Articulo 2.1 dice: Los deberes que impone este Código, en tanto que sancionados por una Entidad de Derecho Público, obligan a todos los médicos en el ejercicio de su profesión, cualquiera que sea la modalidad en la que la practiquen. Articulo 2.2 dice: El incumplimiento de algunas de las normas del este Código supone incurrir en falta disciplinaria tipificada en los Estatutos Generales de la Organización Médica Colegial, cuya corrección se hará a través del procedimiento normativo en ellos establecido.
No olvidar que antes que todo está el paciente pues ¿que beneficio recibe este al oír descalificaciones gratuitas hacía otro médico?, máxime si este es su médico de cabecera que es la persona en quien deposita a menudo su confianza y no duda que el mismo actúa en todo momento procurando su mayor beneficio y ante todo no causar daño (Primum non nocere) de manera voluntaria, pues este principio es el primero y mas antiguo de todos los principios éticos que rigen la actuación de todo médico.
Sin querer entrar en detalles de sentencias judiciales, recordar que en muchas ocasiones, las sentencias contrarias al médico se deben no a malos resultados en la actuación (salvo que se demuestre mala praxis), sino a que estos puedan haberse derivado de no haber puesto a disposición del paciente los medios necesarios, cuando estos estaban al alcance del médico responsable del caso.
Los protocólos de atención a los problemas de salud mas frecuentes están consensuados y cada nivel asistencial esta obligado a actuar conforme a la sospecha diagnostica y garantizar que la atención médica que recibe el paciente se adecua al mismo.
Es sobre esta base de entendimiento entre niveles asistenciales, de respeto y cordialidad sobre la que hay que trabajar, asumiendo cada uno la responsabilidad que le compete y no olvidando nunca que el actor principal y quien debe ser receptor del mayor beneficio es el paciente. Mantener las aptitudes actuales solo conduce al desprestigio profesional de unos y otros y a generar una mayor incertidumbre en el paciente que lo llevará a desconfiar en la atención que recibe.
Sin duda alguna, seguirá habiendo derivaciones a la urgencia hospitalaria no lo suficientemente argumentadas, seguirá habiendo informes de alta hospitalaria que no se orientan a la resolución del problema principal por el que el paciente consulta y visitas no justificadas por parte de los usuarios a los servicios de urgencias, pero si todos trabajamos en la misma dirección podremos seguir diciendo que el sistema de salud español es el mejor del mundo.
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